sábado, 29 de marzo de 2014


Tanto para adelgazar como para engordar, tenemos que entrar en un metabolismo anabólico o catabólico, respectivamente. El tener un tipo de metabolismo u otro depende de dos cosas: de nuestras hormonas y del balance, aunque en verdad siendo precisos siempre anabolizamos y catabolizamos a la vez, nuestro cuerpo se renueva a sí mismo continuamente, pero espero que en favor de la simpleza me disculpéis cierta imprecisión en cuanto a los términos utilizados. Todo esto también se aplica para otros tejidos estructurales, como los huesos y los músculos, pero cuidado, que aunque las hormonas relacionadas con huesos, músculos y grasas están muy correlacionadas, se puede dar el caso de por ejemplo anabolizar grasa y catabolizar hueso o músculo, por ejemplo cuando envejecemos. Podríamos visualizar nuestro sistema endocrino como una especie de tela de araña de hormonas entretejidas, cambiar los niveles de una de ellas provocará que el resto traten de compensar su efecto para mantenerse en el estado que nuestro cuerpo reconoce como el equilibrio, punto al cual se lo conoce como el punto de homeostasis.  
Homeostasis: La capacidad que tienen los organismos vivos, entre ellos el humano, de mantener un equilibrio dinámico para mantener su estado fisiológico lo más estable posible.
Cuanto más cerca estamos de la homeostasis, más fácil es llevar nuestras hormonas a un entorno anabólico o a uno catabólico, pero al igual que un muelle, cuanto más queramos deformarlo de su punto de equilibrio, más fuerza habrá que hacer. Cada persona tiene un metabolismo que tiende en una dirección u otra, tanto en creación y pérdida de gasa como en músculo, por eso es que existen las cuatro morfologías:
Para más información sobre las morfologías, pulsad aquí. Aún así, ya podéis ver que la clásica división es limitada, cuando en verdad se trata de un continuo. Respecto a la densidad ósea, está bastante relacionada con el músculo.
Es también por ello que, a efectos prácticos, tras haber perdido los primeros kilos, nos va a costar más seguir perdiéndolos por mucho que estemos limitando nuestra ingesta calórica. De la misma manera, tras ganar los primeros kilos de músculo, es más difícil seguir musculándose hasta el punto de que no es posible ganar más músculo naturalmente.
La aproximación según el tipo de metabolismo anabólico (creación de tejido) o catabólico (destrucción de tejido) que inducimos explica el hecho de que haya gente que por mucho que coma es incapaz de engordar o ganar músculo alguno, al igual que hay gente que prácticamente ha de llegar a la inanición para poder adelgazar.
Si como yo os pusisteis alguna vez a dieta siendo adolescentes o post-adolescentes, seguro que perdisteis el peso mucho más rápido que ahora, y ahora será más fácil que cuando tengáis 50 años, y no es porque hayáis perdido voluntad de comer más saludablemente, no os quedéis simplemente en la historia del balance calórico. Es exactamente por lo mismo por lo que a partir de cierta edad nuestros huesos pierden densidad y sufrimos de sarcopenia (pérdida muscular debida a la edad) y no se les va diciendo a los ancianos encorvados que su problema es que no hacen suficiente ejercicio como para compensar ese catabolismo estructural.

También así se explican esos casos de gente capaz de perder grasa a la vez que se gana músculo, algo que oiréis siempre que es totalmente imposible. Todos somos capaces de hacerlo durante la etapa de crecimiento, de hecho... Es posible que en régimen hipocalórico los niños crezcan menos, ¿pero acaso un niño obeso dejaría de crecer totalmente si se le sometiera a dieta? Al igual que la vejez es catabólica, la niñez o el embarazo son anabólicos. El perder grasa requiere de cierto nivel de catabolismo al igual que ganar músculo requiere de cierto nivel de anabolismo, pero cuando nos sobra mucho peso y tenemos poco músculo, la resistencia de nuestro muelle de la homeostasis es tan débil que nos resulta posible. Claro, que cuando tenemos poca grasa y bastante músculo, el catabolismo necesario para perder grasa está a gran distancia del anabolismo muscular necesario para crear músculo, haciendo la tarea de anabolizar y catabolizar a tan gran nivel que se vuelven incompatibles aunque involucren distintos tejidos debido a cómo los niveles hormonales se afectan entre sí.

En resumen, como siempre digo: Aunque tener en cuenta las calorías es importante, la procedencia de las mismas puede ser igual de crucial si queremos llevar nuestro cuerpo a un correcto catabolismo de las grasas que no implique ademas un catabolismo muscular. Estos problemas quizá no nos importen tanto al corto plazo, sobre todo cuando somos jóvenes y nuestra homeostasis es menos rígida debido al baile hormonal de nuestras hormonas sexuales, pero definitivamente sí a medida que vamos envejeciendo y quizá como prevencíon para que sigamos teniendo un punto de equilibrio hormonal igual de flexible.

0 comentarios :

Publicar un comentario